Cada uno da de lo que tiene

Un hombre rico, con actitud perversa, decidió mofarse de uno de
sus vecinos de condición pobre, pero con un gran corazón.

El rico mandó a casa del necesitado, a uno de sus criados, con
una gran bandeja llena de desperdicios y basura, para que se la
entregara.

El hombre pobre, la recibió con alegría y agradecimientos y
seguidamente, tiró la basura, lavó la bandeja y la llenó de flores,
para devolvérsela al rico, con una nota que decía:

Cada uno da de lo que tiene.


Moraleja: En los pequeños gestos diarios, se ve la bondad de las
personas (anónimo).